¿QUIÉN DICE QUE LA ERGONOMÍA NO PUEDE SER GENIAL?
¿Recuerdas los días en los que la gente solía llevar una pistola en el hombro? Desde luego, no les hacía ningún favor a la espalda. Un mal ergónomo solucionaría el problema con un carrito, mientras que un buen ergónomo inventaría el walkman. Este sencillo ejemplo demuestra que, en un escenario ideal, la ergonomía sitúa a la persona y sus necesidades en primer plano: es una rama fascinante de la ciencia a la que Kärcher concede mucha importancia a la hora de desarrollar todos sus productos.
De la manivela al tintineo: simplificar la vida de los usuarios
A veces, en la vida, ningún elogio es el mayor de todos. La ergonomía suele recibir poco reconocimiento porque los usuarios sólo piensan en ella cuando les hace falta, por ejemplo, cuando les empieza a doler la espalda o se arañan con un borde afilado. Por desgracia, poca gente es consciente del esfuerzo que supone fabricar un producto ergonómico.
Volvamos a los orígenes: el término "ergonomía" fue acuñado por primera vez en 1857 por Wojciech Jastrzębowski. Vio la oportunidad de utilizar el mínimo esfuerzo para "recoger los frutos del trabajo de la vida, por el bien propio y por el bien común". Unos 100 años después, W.E. Woodson llevó el concepto más allá para diseñar un producto que lograra la máxima eficiencia con el mínimo esfuerzo. En 2011, la norma DIN EN ISO 26800 se convirtió en la primera norma en recopilar todos los principios sobre el manejo ergonómico de las máquinas por parte de los usuarios.
¿Cómo es un buen ergónomo?
Si se habla del tema con los guardianes de la ergonomía de Kärcher, se percibe al instante su pasión por hacer más fácil la vida de los usuarios. Ambos expertos lo resumen de la misma manera. Denis Dammköhler, Director de Industrial Design Professional, explica: "Si alguien dice: 'oh, qué práctico', significa que hemos hecho bien nuestro trabajo". Mientras que Michael Meyer, Director de Diseño de Productos de Consumo, afirma: "Si un cliente ha logrado su objetivo y ha tenido una experiencia positiva en el proceso, entonces hemos creado un buen embajador de la marca Kärcher."
Lo fundamental es comprender las necesidades del usuario y plasmar este conocimiento en un producto coherente. Para ello hay que tener en cuenta diferentes aspectos. La ergonomía organizativa se centra en los procesos de trabajo, como minimizar los movimientos de las manos o los desplazamientos, mientras que la ergonomía física se centra en la tensión del cuerpo, mediante elementos ajustables, empuñaduras correctamente proporcionadas, etc.
Por último, la ergonomía cognitiva garantiza que todos los productos de un mismo fabricante sean siempre sencillos de manejar. Y bajo el epígrafe "experiencia del usuario", cada vez se presta más atención a los aspectos de las interacciones digitales. Se trata, por ejemplo, de iconos fácilmente comprensibles, menús estandarizados para el operador, jingles sonoros reconocibles y efectos luminosos que permiten al usuario familiarizarse rápidamente con el funcionamiento de un producto.
El viaje hacia el producto (1): Experimentar en carne propia el ajetreo diario
"Un día, un compañero me preguntó por qué en mi agenda había una reunión a las 2 de la tarde en el aeropuerto y otra a las 4 en una panadería. Pero no lo era. Nuestra pregunta central es siempre: ¿cómo lo hacen?". Así describe Denis Dammköhler el método de trabajo de su equipo; se trata de experimentar de primera mano un día en la vida laboral de los usuarios profesionales. "Una vez que has limpiado un establo de vacas con una limpiadora de alta presión, comprendes realmente la importancia del principio del ángulo de incidencia y el ángulo de reflexión".
Por eso es tan importante observar, escuchar y hablar con los trabajadores durante estos turnos de trabajo. Cuadernos, cámaras y una mente despierta son las herramientas más importantes para el trabajo. También se utilizan métodos como el seguimiento ocular para identificar dónde se detiene más tiempo la mirada del usuario o cuándo busca algo con atención. "Después, podemos deducir qué personas participan en una aplicación concreta e identificar los elementos que se combinan para crear un ciclo de uso del producto: lo que se conoce como el viaje del usuario".
Esta es la base del diseño del producto, que siempre tiene que tener en cuenta distintas perspectivas. Por ejemplo, el cliente de un autoservicio de lavado de coches tiene necesidades distintas a las del operario, y el personal de limpieza tiene, de nuevo, prioridades distintas a las del cliente. "Al final surgen ideas, conceptos y maquetas que pueden someterse a intensas pruebas finales, tanto internas como de los clientes, antes de que un producto entre en la producción en serie".
El viaje hacia el producto (2): Usuario, resistencia, función y mucho más.
"Cuando desarrollamos productos para el mercado de consumo, prevemos escenarios de uso diferentes a los de los productos destinados al sector profesional, pero sea cual sea el mercado, siempre tenemos en cuenta hasta el último detalle para crear un diseño verdaderamente ergonómico", explica Michael Meyer. Por ejemplo, en una limpiadora de alta presión utilizada esporádicamente por usuarios domésticos, nos centramos en aspectos seleccionados como el mango de la pistola de disparo o la posición de manejo. En cambio, para una aspiradora que se utiliza día tras día, la ergonomía es fundamental para el diseño de todo el producto.
La cuestión central es: ¿quién utiliza el aparato o la máquina? "¿Es un hombre? ¿Una mujer? ¿Una persona alta con manos grandes o una persona menuda con manos pequeñas? Eso puede variar de una región a otra", explica Meyer. "En Asia, por ejemplo, los mangos se hacen más pequeños que en Europa". Las costumbres regionales también influyen en el diseño de los productos. La posibilidad de guardar accesorios es un factor decisivo en Japón, donde conceden gran importancia al orden en el hogar.
Otros aspectos clave son la fuerza que tiene que aplicar el usuario para manejar la máquina, que debe ser lo más baja posible, y el tipo de actividad. En el caso de los llamados "aparatos de palo", lo importante es que resulten ligeros en la mano. Los productos que pesan más de 7 kilos suelen llevar ruedas y un asa de carro porque, de lo contrario, podrían resultar incómodos de transportar. "Para mantener los costes de diseño dentro de unos límites razonables, ahora tenemos módulos ergonómicos que sirven como bloques de construcción de nuestro diseño", explica Meyer. "Así, por ejemplo, para las máquinas de empuje, hemos desarrollado elementos estándar para desplazar el peso y para cambiar la palanca o los ángulos, de modo que no tengamos que volver a la mesa de dibujo cada vez".
Ergonomía en acción: Dos productos ejemplares
En el corazón de la barredora municipal MC 130 se encuentra un cómodo espacio de trabajo: su cabina. Los operadores pueden cambiar de función con facilidad utilizando el mando situado en el reposabrazos izquierdo. El parabrisas inclinado hacia delante proporciona sombra, mientras que el asiento con muelles, el climatizador y la visibilidad panorámica de 360° hacen que sea un placer trabajar con ella.
La hidrolimpiadora de media presión a batería KHB 6 se adapta cómodamente a la mano porque su peso está distribuido uniformemente, de forma similar a una mancuerna. Además, el gatillo de un solo dedo hace que su uso resulte prácticamente sencillo. Basta con insertar la batería, conectar la manguera de jardín y decir adiós a la suciedad en la bicicleta o en la valla del jardín.
Ergonomía en Kärcher
Denis Dammköhler, Director Profesional de Diseño Industrial (izquierda)
Denis Dammköhler trabaja en Kärcher desde hace 25 años. Antes de eso, fue asistente en el departamento de Ergonomía de la Universidad de Arte y Diseño Burg Giebichenstein de Halle, donde colaboró con empresas en una amplia gama de áreas de investigación. En 1998, Dammköhler creó el departamento Profesional de Diseño Industrial de Kärcher, que opera en todo el mundo. "Para nosotros era importante que nuestros colegas no vieran nuestra aportación como una intromisión, sino como un crecimiento del valor a largo plazo para los productos y la marca". Como miembro de la Red de Competencia Ergonómica, Dammköhler mantiene vínculos con expertos de todo el mundo.
Michael Meyer, Director de Diseño Industrial de Productos de Consumo
Michael Meyer estudió Diseño Industrial en Halle (Saale), donde pronto se centró en el diseño de bienes de consumo. De 1999 a 2000, se especializó como diseñador de electrónica de consumo en Native Design en Londres (Reino Unido). En 2000, Michael Meyer se incorporó a Kärcher como diseñador de productos de hogar y jardín y, en los últimos 22 años, ha convertido el departamento de diseño de productos de consumo en un equipo global multidisciplinar. En la actualidad cuenta con 20 diseñadores en Winnenden (Alemania) y Changshu (China), que colaboran con agencias de diseño de China, Corea, Japón, Brasil y EE.UU.