Percepciones de una buena vida
Familia y amigos, formación, salud y bienestar: según un estudio del World Happiness Report llevado a cabo en 155 países, las diferencias en estos ámbitos influyen de forma decisiva en el sentimiento de felicidad. El estudio del PNAS* «Buying Time promotes Happiness» llama la atención sobre otro factor que había permanecido más bien oculto hasta ahora: el tiempo. Pues solo aquel que tiene tiempo puede dedicarlo a hacer cosas que le hacen feliz. Naturalmente corresponde a cada uno decidir si se permite una niñera, personal de limpieza o el equipo adecuado para realizar el trabajo del hogar y el jardín de forma rápida y cómoda.
Entrevista a Nico Rose
Junto con el Dr. Nico Rose, experto en psicología positiva, coach y miembro del personal de la Dirección de Recursos Humanos del Grupo Bertelsmann, difference se toma su tiempo en este número para hacer un viaje a los secretos de la felicidad y para contestar a la pregunta de qué tiene que ver Kärcher con todo esto.
Dr. Rose, desde una perspectiva histórica, ¿es especialmente difícil ser feliz hoy en día?
No creo que se haya vuelto más difícil, al contrario. Pero los desafíos y los problemas en el camino hacia la felicidad han cambiado debido a las distintas condiciones de vida. En comparación con épocas anteriores, los describiría como «problemas mejores». Vamos a poner dos ejemplos: Antiguamente, el primogénito de un zapatero se hacía zapatero, sin peros ni condiciones. Quizás eran felices así, quizás no. No se hacían esa pregunta. Hoy en día, solo en Alemania se puede elegir entre unos 20.000 estudios. Semejante libertad de elección puede resultar opresiva para algunas personas, aunque por lo general se prefiere. Lo mismo rige para la fase de la vida posterior. Antes la gente no se hacía lo suficientemente mayor para hacerse la pregunta: ¿Qué haré cuando me jubile? O no contaban con seguridad y había que partirse el lomo hasta caerse muerto. Desde un punto de vista objetivo, creo que estamos mejor hoy en día. Pero también tenemos que tomar más decisiones con incertidumbre. Esto puede afectar al estado de ánimo de forma subjetiva. No obstante, la gente probablemente no cambiaría su vida por la de hace 200 años.
La felicidad de uno es la aflicción de otro. ¿Cómo se diferencia la forma de entender la felicidad en las distintas regiones del mundo?
De forma un poco simplificada, la comprensión de la felicidad se puede dividir a grosso modo en un modelo oriental y uno occidental. Occidental es sinónimo de culturas individualistas, el prototipo es el «sueño americano». Se trata de la felicidad personal ante todo. Por otra parte están las culturas colectivistas, el prototipo de las cuales es sobre todo China. Aquí la felicidad personal se define de forma mucho más pronunciada en relación con otras personas o con el «sistema». Por lo general, las culturas de Europa Occidental se encuentran entre ambas filosofías. Es interesante echar un vistazo a Escandinavia. Desde hace años, estos países figuran siempre en los primeros puestos del ránking de los países más felices. Por una parte, las personas disfrutan de grandes libertades individuales, y por otra parte un avanzado Estado social se ocupa de que las diferencias materiales entre las personas no sean excesivamente grandes, hay un fuerte sentimiento de unión. Esta mezcla parece ser terreno abonado para la felicidad personal.
¿Qué relación existe entre la felicidad y el tiempo?
Esta pregunta se puede responder de diversas formas. Yo voy a resaltar tres perspectivas. Respecto al tema del tiempo en el sentido de la edad, se puede decir que en el fondo podemos alegrarnos de llegar a la tercera edad. Existe lo que se conoce como crisis de la mediana edad, es decir, durante la juventud y a principios de la edad adulta el nivel de felicidad de la mayoría de la gente es algo mayor de media que con cuarenta y muchos o cincuenta y pocos. Durante los cincuenta y tantos, el nivel de vida vuelve a subir considerablemente, muchos experimentan una cumbre de felicidad en los sesenta y tantos y con setenta y pocos, siempre que la salud acompañe hasta cierto punto. Otra perspectiva es la de la experiencia personal. Hay una respuesta muy sencilla. Cuando estamos tan enfrascados en una actividad que perdemos completamente la noción del tiempo, es decir entramos en «Flow», está comprobado que eso nos hace felices. No obstante, en sentido estricto, es en retrospectiva, porque en el propio momento uno casi está ausente. Pero cuando uno vuelve en sí y se da cuenta de que se le ha pasado el tiempo volando, eso proporciona un chute de felicidad. Finalmente merece la pena considerar la actividad en sí a la que dedicamos nuestro tiempo. A este respecto, la psicología positiva y la economía conductual han desarrollado unas recomendaciones claras a lo largo de las últimas décadas. Es importante poder tomarse tiempo para hacer algo bueno para uno mismo. Uno de los mayores impulsores de la felicidad es practicar deporte de resistencia moderado, a poder ser al aire libre. Si se pudiera procesar su efecto en píldoras, sería un antidepresivo realmente efectivo. Practicar meditación también ha demostrado ser un estimulante de la felicidad. Si se considera desde un punto de vista más amplio, debemos pasar tanto tiempo como sea posible con la familia y los verdaderos amigos. Debemos dedicarnos a tareas que nos resulten gratificantes. Infaliblemente esto sucede, por ejemplo, cuando ponemos toda nuestra energía al servicio de otras personas. Debemos dedicarnos a tareas que se ajusten a nuestros propios puntos fuertes. ¿Cómo lo reconocemos? Por ejemplo, cuando nos damos cuenta de que nos dedicamos a un tema nuevo y aprendemos mucho de forma extraordinariamente rápida, es imprescindible seguir con ello. Todos esos son firmes candidatos para proporcionarnos felicidad y éxito.
¿Qué tiene que ver todo esto con Kärcher desde su punto de vista?
Tengo que confesar algo: no ayudo en las tareas de la casa ni en las de nuestro enorme jardín. Soy un manazas y tampoco me gusta. Mi mujer hace muchas cosas ella misma, y si no se lo encargamos a especialistas o a empresas de servicios. Esto está estrechamente relacionado con la pregunta anterior: ¿en qué invierto mi tiempo, en qué ámbitos prefiero pagar para tener tiempo para otras cosas? Sin embargo, me puedo imaginar perfectamente que realizar las tareas de limpieza con equipos de Kärcher propicia también ese estado de «Flow», es decir, ese sentimiento especial de inmersión total en una tarea que nos gusta. El «Flow» solo se presenta en condiciones muy particulares: Entre ellas está tener un objetivo claro, poder trabajar sin distracciones con una buena herramienta y percibir un progreso en todo momento. Cuando se logra entrar en este túnel con Kärcher, entonces una limpiadora de alta presión puede ser parte de la felicidad.