Limpieza y conservación de baldosas cerámicas
Limpieza y conservación de baldosas cerámicas: ¿cómo se realiza? Se cuecen a una temperatura de 1000 a 1400 °C a partir de ingredientes inorgánicos. En la actualidad está muy extendido el uso de terracota, ladrillos, gres cerámico fino, gres y gres cerámico. Aunque existen muchas variantes diferentes, los pasos de limpieza son siempre similares. Existen pocos tipos de baldosas que precisan cuidados.
Saber con qué se está tratando: breve información sobre el material cerámico
Las paredes y los suelos están equipados con materiales diferentes y presentan aspectos diferentes. Tenemos, por un lado, piedra natural como el mármol o el granito y, por otro, piedra artificial ligada con cemento, como el terrazo o el mármol aglomerado. En el ámbito de las baldosas cerámicas se diferencia entre cinco tipos de revestimientos diferentes:
- Terracota: de color rojo y cálido, de textura rugosa, de aspecto más bien rústico
- Ladrillo: de color rojo o amarillo, apreciados para las paredes exteriores o para los suelos de talleres; esmaltados y sin esmaltar
- Gres cerámico fino: normalmente con alguna coloración, algún tipo de impresión o pulido, superficie microporosa
- Gres: más bien blando, menos resistente mecánicamente, apto para paredes, esmaltado
- Gres cerámico: esmaltado o sin esmaltar; la versión sin esmaltar con superficie rugosa se suele colocar en cocinas con espacio de desplazamiento (estructura de piezas de Lego) para minimizar el riesgo de resbalones
La cuestión de la clase R: baldosas antideslizantes
Las baldosas colocadas en el suelo deberán tener al menos la clase R9 de resistencia al deslizamiento en zonas comerciales. En los ámbitos en los que el riesgo de deslizamiento desempeña un papel importante, por ejemplo en el ámbito de procesamiento de la carne, será incluso la máxima clase R13. El DGUV 108-003 (seguro social alemán de accidentes de trabajo) especifica la resistencia al deslizamiento que se requiere en cada área de trabajo. Las baldosas muy rugosas tienen espacios entre ellas para permitir que el agua fluya y no suponga un riesgo de deslizamiento. Sin embargo, la suciedad se acumula especialmente bien en estos espacios y su limpieza requiere mucho tiempo.
Baldosas cerámicas: limpieza de mantenimiento y limpieza en profundidad
El pan de cada día: la limpieza de mantenimiento de las baldosas cerámicas
Para mantener limpias las baldosas cerámicas la limpieza de mantenimiento regular es el pan de cada día. Se realiza en seco y/o en húmedo dependiendo del grado de suciedad. La suciedad suelta se elimina fácilmente con un aspirador o con un tejido de microfibra que se carga electrostáticamente y atrapa el polvo. Después, se trabaja manualmente con mopa ancha, paño de microfibras y un detergente adecuado.
Fregadoras-aspiradoras para grandes superficies
Para las superficies grandes, se suelen utilizar fregadoras-aspiradoras; en este caso no es necesario eliminar previamente la suciedad suelta y fina. Para conseguir el resultado de limpieza deseado, la elección de los cepillos o las esponjas adecuados para los equipos es fundamental. Las baldosas cerámicas muy rugosas se tratan especialmente bien con los cepillos cilíndricos de fibras largas-cortas, mientras que para las baldosas cerámicas poco rugosas, como el gres cerámico fino, son preferibles los rodillos de microfibra.
También es preciso utilizar los labios de aspiración adecuados para aspirar la mezcla de líquido y suciedad. Para superficies rugosas se recomiendan labios de aspiración cerrados y para superficies brillantes, labios ranurados. Para la suciedad persistente sobre gres cerámico fino (coloración grisácea) se recomiendan discos de resina de melamina combinados con cabezales de fregado de discos.
Consejo: En las paredes también es posible emplear una mopa ancha con mango telescópico para obtener buenos resultados de forma rápida y eficaz.
Una tarea recurrente: la limpieza en profundidad de baldosas cerámicas
Para limpieza en profundidad de baldosas cerámicas en superficies de suelo, los equipos monodisco o fregadoras-aspiradoras son la primera opción. Los detergentes alta concentración (ácidos o alcalinos) contribuyen a obtener rápidamente un resultado óptimo.
Limpiadora de superficies para casos especiales
En el caso de baldosas cerámicas rugosas o de espacios estrechos, puede ser útil una limpiadora de alta presión con una limpiadora de superficies. La limpiadora de superficies está compuesta por una barra de boquillas giratoria colocada debajo de una cubierta a la que se acoplan boquillas de alto rendimiento colocadas en posición ligeramente desplazada. Estas boquillas aplican alta presión sobre el suelo y disuelven muy bien la suciedad.
Lanzas de espuma con bidón para un tiempo de actuación mayor
Para grandes superficies de paredes, suelos o instalaciones sanitarias, las limpiadoras de alta presión con lanzas de espuma con bidón son la tecnología perfecta. Con ayuda de un detergente espumoso y el aire que se añade en la boquilla generan espuma a través del chorro a alta presión. El secreto está en que, por un lado, se ve dónde se acaba de aplicar la sustancia y, por otro, la espuma se adhiere durante más tiempo que un detergente normal, lo que aumenta el tiempo de actuación.
Consejo 1: No dirigir nunca el chorro a alta presión directamente a las juntas para evitar daños.
Consejo 2: Si el detergente empleado es ácido, será necesario humedecer las juntas que contengan cemento antes del empleo para que no se produzcan daños por la absorción de ácido.
Limpiadora de vapor para paredes de azulejos
Para la limpieza en profundidad de baldosas cerámicas en paredes, una limpiadora de vapor resulta ideal, teniendo en cuenta las condiciones de espacio. El vapor sale de la boquilla en forma de gotas muy finas a una temperatura de 100 °C y una presión de hasta 8 bares; la aceleración es de unos 170 km/h. Los paños de rizo sin pelusas en combinación con una boquilla para suelos de gran tamaño proporcionan un resultado efectivo de superficies de mayor tamaño.
Procedimiento con chorro de partículas para exteriores
Las superficies exteriores de ladrillo muy afectadas por suciedad mineral requieren, después de una limpieza previa con la limpiadora de alta presión, de un trabajo cuidadoso y eficiente con el procedimiento con chorro de partículas a baja presión. Para este procedimiento se emplea una pistola pulverizadora con aire comprimido procedente de un compresor de obra. De manera adicional, en la cámara de mezcla se añade al aire un detergente abrasivo fino y suave, además de agua, para atrapar el polvo durante los trabajos. La mezcla de aire, agua y detergente abrasivo sale por la boquilla de la pistola, siendo posible la regulación individual de presión de aire, agua y cantidad de material abrasivo.
Detergente para baldosas cerámicas
En general es posible limpiar las baldosas cerámicas con detergentes ácidos y alcalinos. Los detergentes ácidos ayudan a combatir la suciedad mineral, como la cal, la orina o el óxido; los detergentes alcalinos son adecuados para eliminar la suciedad orgánica, como la grasa, la albúmina o los aceites.
En algunas baldosas cerámicas, por ejemplo, de terracota, el color se origina por óxido metálico. Por lo tanto, cuando se empleen detergentes ácidos, se debe comprobar que no contengan ácido fosfórico ni ácido clorhídrico. El efecto de eliminación de óxido de estos elementos puede tener como consecuencia cambios en la tonalidad.
En general, las baldosas cerámicas también son resistentes a los detergentes alcalinos, solo se deberá tener en cuenta que no contengan silicatos sódicos. Estos elementos pueden tener un efecto modificador de la textura y las superficies pueden quedar después más rugosas o más lisas.
¿Es necesaria la conservación de las baldosas cerámicas? Ventajas del tratamiento con aceite
La conservación de las superficies tiene como finalidad hacerlas más resistentes a las cargas mecánicas, proteger los poros contra la entrada de agua o mejorar la estética. Las baldosas cerámicas no precisan protección contra las cargas mecánicas debido a su dureza.
Baldosas con elevada absorción de agua
En el caso de la terracota y de las baldosas de ladrillo no esmaltadas, se trata de revestimientos que pueden presentar una elevada absorción de agua. Si se tratan estos suelos con aceite, este penetra en los poros y protege la baldosa contra la humedad. Si además se pretende dar un aspecto rústico a la terracota, es posible aplicar un producto protector a base de una mezcla de cera y agua a la que se añade hollín. El hollín se fija en la textura de las baldosas y produce un efecto usado. Dependiendo del tipo de baldosa, si la intención es aumentar el grado de brillo, se recomienda un cuidado por fregado con fórmulas a base de polímeros solubles en agua.
Baldosas con baja absorción de agua
Si, por el contrario, se trata de un revestimiento como el gres cerámico fino, con una mínima absorción de agua, no merece la pena realizar una impregnación. La humedad no puede penetrar, la impregnación se mantiene en la superficie de la baldosa y se va eliminando rápidamente. Si se aplicó un recubrimiento al gres cerámico fino en un proceso de limpieza anterior, deberá eliminarse con un detergente básico universal porque, de lo contrario, se generará con el tiempo una película poco estética.
Consejo: El detergente no debe aplicarse directamente sobre las baldosas cerámicas, sino con un paño de limpieza para distribuirlo uniformemente.
Preguntas frecuentes
Extraño pero real: cuando crece yeso en las baldosas cerámicas
Un consejo para la limpieza de suelos con baldosas cerámicas es apagar la calefacción de suelo antes de empezar el trabajo de limpieza. Esto evita que el detergente se seque demasiado rápido en la superficie. Además, algunos ácidos tienden a convertir la cal en yeso cuando el tiempo de actuación se prolonga. Si a esto se añade el calor de la calefacción de suelo, el proceso se acelera. Los depósitos de yeso resultantes son difíciles de eliminar mecánicamente, por lo que es mejor apagar la calefacción.